Iglesia de San Esteban
Uno de los monumentos más característicos de Segovia es la Iglesia de San Esteban, una iglesia de estilo románico construida en el siglo XII, que destaca por su esbelta torre, considerada la más hermosa de toda la arquitectura románica. Esta torre tiene más de 50 metros de altura y está coronada por un gallo de metal que sirve como veleta. Antes de que la torre perdiera su cúpula barroca, era la campanario románico más alto de la Península Ibérica.
La Iglesia de San Esteban se encuentra en la plaza del mismo nombre, cerca de la Casa Museo de Antonio Machado, que describimos en la sección anterior. La iglesia tiene tres naves y tres ábsides, el central de los cuales está adornado con un friso de arcos. En el exterior de la iglesia se puede admirar una galería porticada que ocupa el lado oeste y sur del edificio.
Esta galería consta de diez arcos, sostenidos por columnas con fustes de granito y capiteles de piedra. Estos capiteles están decorados con escenas talladas de la vida de Cristo, santos y animales. Algunos de ellos están muy deteriorados por la acción de los elementos y la contaminación.
El interior de la iglesia fue remodelado en el siglo XVIII, después de un incendio que destruyó parte de la estructura original. Actualmente tiene un carácter barroco, con ricos altares y bóvedas. Vale la pena destacar el altar mayor, que es una obra maestra de la escultura y pintura gótica del siglo XV. Representa escenas de la vida de Jesús y María, así como figuras de santos y ángeles. La iglesia también tiene un órgano histórico, que es uno de los más importantes de la región. Fue construido en el siglo XVIII y tiene una rica decoración y un sonido impresionante.
La Iglesia de San Esteban no es solo un monumento arquitectónico, sino también un testigo de muchos eventos históricos que tuvieron lugar en Segovia. Aquí se celebraban las asambleas de la nobleza, aquí se enterraba a muchas personalidades importantes y se guardaban las reliquias de los santos. En la iglesia se puede ver un magnífico “Calvario” del siglo XIII, que proviene de la destruida iglesia de Santiago. En este crucifijo se puede ver cómo Cristo tiene un brazo desprendido, lo que se refiere a la leyenda del “Buen juez, mejor testigo” del famoso escritor José Zorrilla.
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