Yacimiento Arqueológico de Numancia en Garray
El Yacimiento Arqueológico de Numancia es un sitio arqueológico que se encuentra en la colina La Muela, en la localidad de Garray, a unos 7 km de Soria. Es el lugar donde se encontraba un antiguo asentamiento celtíbero que resistió ferozmente la invasión romana en los siglos II y I a.C. Numancia es un símbolo de heroísmo y lucha por la libertad, que ha sido inmortalizado por escritores romanos y españoles. También es una de las fuentes de información más importantes sobre la cultura y la vida de los celtíberos, gracias a los numerosos y ricos hallazgos arqueológicos.
Numancia fue fundada por los celtíberos, un pueblo que habitaba la parte central y oriental de la Península Ibérica y que combinaba elementos de la cultura celta e ibérica. Numancia estaba estratégicamente situada en una colina que dominaba el valle del río Duero y controlaba importantes rutas comerciales y de comunicación. También estaba rodeada por fortificaciones naturales, como pendientes empinadas, ríos y bosques. El asentamiento tenía forma ovalada y ocupaba una superficie de unos 8 hectáreas. En su interior había casas, calles, plazas, talleres, almacenes, pozos y templos. Las casas estaban construidas de piedra y arcilla, y tenían un plano rectangular o cuadrado. Algunas de ellas tenían dos pisos y un ático.
Numancia era una ciudad independiente y democrática, que tenía su propio derecho e instituciones. El poder era ejercido por la asamblea popular, que elegía a los funcionarios y jueces. También formaba parte de una federación de ciudades celtíberas, que cooperaban en defensa e intereses comunes. Numancia era una ciudad rica y próspera, que comerciaba con otros pueblos, como los fenicios, cartagineses, griegos o romanos. También era una ciudad de cultura y arte, que se expresaba en una cerámica, escultura, pintura y literatura ricas y originales.
Numancia también era una ciudad de guerra y resistencia, que se enfrentó a la expansión romana en la Península Ibérica. Participó en varios conflictos con Roma, de los cuales el más importante fue el que comenzó en 153 a.C. y terminó en 133 a.C. Durante este tiempo, Numancia fue asediada por varios generales romanos, como Nobilior, Marcelus, Luscinus o Popilius. Numancia fue capaz de repeler sus ataques, gracias a su valentía, astucia y alianzas con otras ciudades celtíberas.
También fue capaz de infligir graves pérdidas a Roma, como la destrucción del ejército de Escipión Nasica en 137 a.C. o la forzada capitulación del ejército de Mancino en 136 a.C. Sin embargo, en 134 a.C. Roma envió a Hispania a su mejor general, Publio Cornelio Escipión Emiliano, quien decidió aplicar el método de asedio total. Escipión construyó un muro de 9 km alrededor de Numancia, que cortó la ciudad de los suministros de alimentos y agua.
Después de 13 meses de asedio, Numancia estaba condenada al hambre y las enfermedades. En 133 a.C. se rindió, pero no sin honor. La mayoría de sus habitantes optaron por suicidarse, quemando sus casas y bienes, en lugar de ser capturados por los romanos. Escipión destruyó la ciudad y vendió a un pequeño número de supervivientes como esclavos. Numancia dejó de existir, pero no cayó en el olvido.
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