Mausoleo de los Amantes en Teruel
El Mausoleo de los Amantes es el lugar donde descansan los restos de dos desafortunados amantes de Teruel, Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla, también conocidos como Diego de Marcilla. Su historia de amor, que se desarrolla en el siglo XIII, es una de las leyendas españolas más conocidas y conmovedoras, comparable a Romeo y Julieta. El mausoleo fue construido en 2005, según el diseño del arquitecto Alejandro Cañada, y forma parte del conjunto cultural Fundación Amantes de Teruel, que también incluye la iglesia y los monumentos mudéjares de San Pedro.
El mausoleo consta de varias salas de exposiciones que cuentan la historia y el contexto cultural de los amantes de Teruel, así como su influencia en el arte y la literatura. En la primera sala se puede ver una película que resume brevemente la trama de la leyenda, basada en la crónica de Juan Yagüe de Salas del siglo XVI. En la segunda sala se pueden admirar reproducciones de pinturas, esculturas y otras obras inspiradas en la historia de los amantes, como las pinturas de Juan García Martínez, Antonio Muñoz Degrain o Salvador Viniegra, las esculturas de Aniceto Marinas, Juan de Ávalos o Pablo Serrano, o las escenografías de la ópera de Tomás Bretón.
En la tercera sala se puede conocer el contexto histórico y social en el que vivieron los amantes, así como las pruebas arqueológicas y documentales que confirman su existencia. En la cuarta sala se puede ver una exposición dedicada a la cultura mudéjar en Teruel, que es patrimonio mundial de la UNESCO, así como monumentos relacionados con la iglesia de San Pedro, como órganos, custodias o relicarios.
Sin embargo, la parte más importante del mausoleo es la quinta sala, donde se encuentra la tumba de los amantes, realizada por el escultor Juan de Ávalos en 1955. La tumba está hecha de bronce y representa a los amantes yaciendo en el suelo, con las manos casi tocándose. Sus rostros expresan paz y amor, y sus cuerpos están vestidos con trajes de la época. La tumba está colocada en un pedestal, rodeada por cuatro columnas que simbolizan las cuatro virtudes cardinales: justicia, prudencia, templanza y fortaleza. En las paredes de la sala hay inscripciones con fragmentos de la crónica de Juan Yagüe de Salas y poemas de Antonio Machado, dedicados a los amantes de Teruel.
El mausoleo es un lugar que rinde homenaje al amor que ha sobrevivido a la muerte y al tiempo, y que se ha convertido en el símbolo de Teruel. Es un lugar que vale la pena visitar para conocer la historia y la leyenda de los amantes, así como para admirar una obra de arte que se considera una de las más hermosas y conmovedoras de España.