Casas Colgadas en Cuenca
Las Casas Colgadas son el símbolo más conocido y característico de Cuenca. Son edificios que literalmente cuelgan sobre el abismo, al borde del acantilado rocoso, sobre el que se eleva la ciudad. Su origen es incierto, pero probablemente se remontan a la Edad Media, cuando los habitantes de Cuenca aprovechaban cada pedazo de tierra para construir sus casas. Algunos creen que las Casas Colgadas eran parte de las murallas defensivas de la ciudad, y otros, que eran talleres o almacenes de artesanos.
De las Casas Colgadas originales, que cubrían toda la pared del desfiladero del río Huécar, solo se conservan tres, que fueron restauradas en el siglo XX. Son edificios de época gótica popular, construidos con piedra, ladrillo y madera. Cada uno de ellos tiene un gran balcón de madera, que sobresale sobre el precipicio, creando una vista espectacular. En el interior de las Casas Colgadas se encuentran actualmente el Museo Español de Arte Abstracto y el restaurante.
El museo, fundado en 1966, es uno de los primeros y más importantes museos de arte contemporáneo de España. Reunió más de 120 obras de artistas abstractos españoles, como Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Pablo Palazuelo o Fernando Zóbel. El restaurante, abierto en 1968, ofrece cocina tradicional regional, con vistas al río y al puente de San Pablo.
Las Casas Colgadas son uno de los lugares más fotografiados y admirados de Cuenca. Se pueden contemplar desde diferentes puntos de vista, como el puente de San Pablo, la plaza de Mangana o el parque de San Julián. También se puede entrar y visitar el museo o comer en el restaurante. En cualquier caso, las Casas Colgadas son una experiencia inolvidable, que muestra cómo la gente supo adaptarse al difícil e increíble paisaje.